1 de agosto de 2015

La Receta del Pastel de la Vida.

La verdad, cada día estoy más convencida de que los ingredientes de la vida son variados, numerosos  y confusos. 
Quería hacer un gran pastel pero no se si tengo muchos de estos ingredientes. En fin, la receta es así.

Cantidad: para una vida feliz. 

Para la masa:

1 kilo de paciencia.
Un gran puñado de valentía.
Una dosis sana de precaución. 
Una cantidad equilibrada de autoestima y  autocompasión sana.
Una taza de lágrimas de alegría, euforia, risa o felicidad.
Una taza de lágrimas de tristeza, rabia, decepción o frustración.
Una pizca de picardía.
Dos tazas de optimismo.
1 sobre de esperanza.

Para decorar (glaseado)
Una gran cucharada de esencia de sonrisas.
Una taza de cariño.
Fideos de empatía y de ilusión al gusto.

Lo que una buena repostera debe hacer es buscar primero los ingredientes. La mayor complicación  de esta tarta es que los ingredientes no se pueden comprar. Son ingredientes que en el fondo todos tenemos pero parece ser que no siempre en las cantidades adecuadas. 
Podemos conseguir los ingredientes de dos formas:
- Trabajando en nuestro interior para conseguir las cantidades correctas.
- Pedir o absorber más cantidad de los demás, o bien reducir nuestras cantidades aportando parte de ellas a los pasteles de otros.

Por eso, este pastel de la felicidad vital, es definitivamente muy complicado.
Veamos, me falta paciencia, eso está claro. Pero eso no es problema, conozco a personas que pueden enseñarme como ser paciente, de ellas conseguiré la parte que me falta. Y si me quedo corta, yo pondré la que falte aprendiendo a esperar.
Un gran puñado de valentía. Creo que tengo la cantidad justa de valentía. Que no llega a ser temeridad ni miedo paralizante. Y no es que no tenga miedo. Pero precisamente por eso tengo la valentía, porque solo se puede ser valiente cuando se tiene miedo.
Una dosis sana de precaución. Esto si que tiene lo suyo. Especialmente en mí, yo no se que pasa pero o me paso o no llego. O soy tan cauta que me pierdo cosas, o tan loca que me pasa de todo. Aún estoy pensando como conseguir la cantidad justa y necesaria. Usaremos la que hay y a ver que sale...
Autoestima y/o autocompasión sana, Ambas son importantes porque van a ser las que harán que el pastel este esponjoso y se pueda comer. Si echas solo autoestima, el pastel se subirá demasiado pero en algún momento bajará y se quedará aplastado. Si solo echas autocompasión, el pastel ni siquiera subirá. Hay que encontrar el equilibrio perfecto. Pero como a veces se necesita una vida entera para conseguirlo, echaremos lo que tengamos de cada una. Creo que voy bien con esto.
Una taza de lágrimas de alegría, euforia, risa o felicidad. Puedes echar de una, echar de dos, o de todas. Son importantes porque son la esencia de momentos intensos que todos debemos vivir.
Una taza de lágrimas de tristeza, rabia, decepción o frustración. Igual que las anteriores, gracias a estás lágrimas nuestra masa será más fluida y contribuirá a armonizar los ingredientes. Son necesarias para que la masa tenga la justa cantidad de dulce, gracias a estas lágrimas de tristeza, la felicidad sabe mejor. Tengo muchas lágrimas para elegir, vamos a ver que sale, sorpresa!
Una pizca de picardía. Uf...estamos como antes, o me paso o no llego. Pues nada, a lo loco!!
Dos tazas de optimismo. Con este ingrediente conseguiremos darle color a nuestro pastel. Es un ingrediente maravilloso y sorprendente porque nunca sabes de que color  o colores será el pastel, hasta que éste ya se ha horneado. Es un misterio añadido de este pastel, El optimismo nos enseña que el pastel puede salir del color que queramos o de otro aún más bonito. Por supuesto, no incluye color negro, pero si gris.
Un sobre de esperanza. Es un ingrediente fabuloso y mágico, Gracias a este ingrediente, si la masa no se ha hecho del todo bien, hace que mejore todo, desde la textura al sabor, es como el comodín de los ingredientes, Mejor pasarse que quedarse cortos. Por supuesto este pastel, puede hacerse sin esperanza, pero entonces es muy posible le hayas puesto demasiada autoestima, y el pastel quede hecho un churro.

En fin, ahora que ya tengo todos los ingredientes, voy a probar a ver que sale. Es un pastel mágico, de los que suben sin horno, Solo debes dejar la masa resultante de mezclar todos los ingredientes en un molde de la forma que quieras  a temperatura ambiente hasta que vaya alcanzando su forma y tamaño. Este proceso puede ser largo o muy corto, dependiendo del ambiente en el que se encuentre, El ambiente debe ser positivo, con buenas energías y vibraciones. Preferiblemente un ambiente de respeto, diálogo, apertura mental, cálido, confortable y seguro. Lo que se llama, un hogar. Si no teneis ningún sitio que podáis llamar hogar, ponedle un extra de esperanza. La tarta tardará mucho tiempo, pero cuando esté lista, sabréis que ha merecido la pena. 

Y ahora que por fin tenemos el pastel, vamos a decorarlo.
Necesitamos la esencia de sonrisas. Es un ingrediente con textura caramelizada y pegajosa que se consigue de la energía de tu propia sonrisa y de aquellas que te regalan quienes te rodean. El pastel quedará, si le echas esta esencia, más emocionante y te permitirá, en cuanto te lo comas, ver el mundo como un lugar más amable. Creo que echaré un poco de más, por lo visto ando sobrada de esta esencia.
Una taza de cariño. Mucho, empalaga, poco, no sabe a nada, Hay que echarle bien de cariño para que el glaseado se adapte bien al pastel, y tenga la textura perfecta. También de esto tengo mucho, pero no voy a pasarme, no sería mi pastel...
Empatía e ilusión al gusto. La empatía hará que el pastel sea más grande y puedas compartirlo con quienes quieras. Magia!! Y la ilusión le dará a la tarta un aspecto festivo, infantil, divertido, que hará que comerla sea un placer. 

Una vez tenemos el glaseado, lo untamos alrededor de la tarta. Como el glaseado es perfecto para la tarta, se amoldará al instante. Muy muy fácil.

Para concluir, he de decir que la receta es tremendamente flexible, casí le puedes echar cualquier cosa siempre que aciertes con las cantidades. Cada persona tiene dentro de una misma unos ingredientes sí, otros no, mucho de unos, poco de otros, Solo aprendiendo cada día, compartiendo dudas y saberes con los demás,  y repitiendo la tarta una y otra vez conseguiremos una tarta tan rica, que nos la comeremos a bocados, sin cubiertos, con las manos, como un niño pequeño rebosante de felicidad.
Ante todo, tranquilos, mientras tengáis esperanza todo irá bien, con este comodin la tarta es mucho más fácil de hacer,  y siempre podréis comeros así la vida, salga como salga, porque este pastel no es perfecto, pero si perfectamente imperfecto. Comeos esta tarta como si fuese vuestro ultimo día, como si no hubiese un mañana, disfrutarla y paladearla como si fuera lo único que pudieseis comer, y el sabor es raro, comedla igual, es vuestra y no os queda otra, aunque también os puede ayudar alguien a tragar esa tarta tan amarga. Podéis y debéis aprender qué habéis hecho mal para la próxima vez y volver a intentarlo. 
Solo una cosa, cuando tengáis lista vuestra tarta para una vida feliz, no os quedéis esperando delante de la tarta, dudando sobre si estará bien o si engordará mucho, si tardáis demasiado, vendrá otro y se la comerá sin pediros permiso, Así que comete la tarta o compártela, pero no la dejes morir en el fondo del frigorífico. 

 Mi tarta ha resultado muy rica, con un sabor entre dulce y picante, como a peta zetas en la boca. Es de color verde hierba y el glaseado es rojo, ya que le eché esencia de amor también. No es la tarta perfecta, pero me la voy a comer, ya! No hay tiempo que perder. 








21 de julio de 2013

De palabras, luces y sombras.

" En la vida te esperan cosas maravillosas". Estas palabras llegaron a mi mente un día cualquiera de cualquier año hace mucho tiempo atrás.. Cuando estaba encerrada en las sombras, cuando mi alma estaba llena de nudos que no podía deshacer.
Siempre tuve una sensación extraña cuando era niña y me sentía triste, sola, había algo que me acompañaba, pero yo no podía escuchar. No oía sus sabias palabras de aliento, solo aquellas que venían de la oscuridad de mi mente, palabras duras, palabras que se clavaban en el fondo del alma, y que venían directamente de mi...Y solo cuando jugaba, me sentía mimada, querida, desaparecían. Pero cuando volvía a estar sola aparecían de nuevo, por las noches, antes de dormir, en forma de vividas pesadillas y escapes involuntarios.
 Las primeras palabras que me creí de veras, vinieron de otro sitio...yo no era quien pensaba esas palabras...Pero las cogí, las guardé y cada vez que me sentía abrumada, saturada, ansiosa, triste o sola...me las repetía "En la vida te esperan cosas maravillosas".
Mi "acompañante" había empezado a hablarme...
Fue difícil aprender a discernir que palabras venían de mi, cuales venían de la parte oscura de mi alma, cuales eran de la parte luminosa y cuales de "mi acompañante".
Fueron muchos años reprimiendo algo que me daba un miedo atroz. Yo sabía lo que sentía...Sabía que alguien se comunicaba conmigo, que estaba guiándome cuando estaba a punto de caer en el abismo. Alguien en algún lugar estaba ayudándome a hacerlo "sola". Pero lo reprimía y lo enterraba en el cajón porque no lo entendía. Y allí lo fui dejando.. El volvía de vez en cuando, podía sentirlo. En forma de palabras o en forma de emoción intensa. O sentándose sutilmente a los pies de mi cama.
Peor aunque dejé de prestar tanta atención a mi acompañante, descubrí que las palabras, me darían el poder. Que eran la clave para deshacer los nudos, cerrar de una buena vez las heridas...las palabras que llegan a mi mente me guiaban. Y allí empecé, volviéndome un poco loca y haciendo que la parte oscura y la luminosa tuvieran serios debates, y me di cuenta de una cosa. La parte oscura no necesitaba más ayuda...no le hacía falta más negatividad, porque era pura sombra. Siempre había vivido allí, y las conocía a todas...a la rabia, a la ira, al desprecio, al abandono, a la tristeza, a la apatía...estaban siempre conmigo, pero cuando empecé a hablar a la luz las sombras cada vez se iban callando más.
Y aparecieron las luminosas, el optimismo, la alegría, la ilusión, la esperanza, el amor...y durante un tiempo fueron ellas mi compañía, salvo cuando las sombras aparecían de nuevo y yo tenía que hacerlas callar. A veces no podía...Las palabras en mi mente estaban muy charlatanas...con sus "no puedos", con sus " no soy capaz", sus "eres horrible", sus " no vales para nada", y mientras las luces batallando con sus " si puedos", sus "lo conseguiré" sus "no podrás pararme". Las batallas eran arduas, eran intensas, mi energía se quemaba al viento...Pero casi siempre, acababan ganando las luces esas guerras en mi cabeza.
Y entonces la vida me fue llevando poco a poco a mi lugar, a mi " hogar". Empezó a premiarme con más palabras: autorrealización, orgullo, fuerza, ternura.. Mi lado luminoso cada vez tenía cada vez más poder gracias a mis pequeños maestros y aliados, los niños.
Como buena alumna, traté y trato de aprender de ellos. Y descubrí que podía sentir sus emociones. Y me di cuenta gracias a mi amiga la tristeza, que yo sentía en esa niña cada vez que  calmaba su llanto y la cogía de la mano. Descubrí que también estaban la rabia, pero por debajo estaba la tristeza. Pocas veces se puede sentir tristeza en los niños. Porque me di cuenta de que son felices por naturaleza, que son todo luz, y nada de sombra, son el futuro, y no suelen estar tristes, pero a veces lo están. Yo lo estuve también, empecé a comprender...Me di cuenta de que podía sentir la alegría, la ilusión, la risa, sus carcajadas, esas palabras a las que no les damos la importancia que se merecen. Estando con ellos, era difícil no sonreír. Y lo sigue siendo...
Pero las sombras siempre vuelven, los fantasmas del pasado siempre están ahí...y volví a quedarme sin energía, a desfallecer,  y dejar que el lado oscuro tomase el control...Y aparecieron la culpabilidad, el rencor, el odio, la agresividad...que siempre habían estado escondidos pero presentes...silenciados pero con su voz en off siempre cerca.
Y hubo que volver a empezar el diccionario, una u otra vez, hasta que estuvo hecho del todo y las luces y las sombras fueron tomando lugar...Y vi que había tantas palabras...vi que las luces y las sombras eran casi las mismas en numero, y que podía darles una misión a cada una, podía unirlas y hacer que cooperasen , que se ayudasen y acabasen las batallas, que hubiese paz en mi...por fin...
Le dije a la rabia que fuese siempre con la paz. Al miedo lo puse junto a la valentía. Al dolor, al lado del placer. El amor, con el odio... Y cuando el amor se dio cuenta de que en el había odio, y odio se dio cuenta de podía albergar amor en su interior dejaron de pelearse. Todas las palabras se reconciliaron las unas con las otras, todas tenían su lugar, su puesto, y su misión.
La tristeza era la encargada de profundizar, el dolor debía descargar la enfermedad, la rabia debía estar preparada para cuando se la reclamase para hacer algo grande, para empujar.
La que más responsabilidad tenía, era la transparencia, que iba siempre con la opacidad, y debía regular el modo en que las palabras oscuras y las luminosas debían verse la una a la otra. Casi siempre trabaja más la transparencia, la opacidad está en reserva para cuando necesite curar una herida del alma y tenga que protegerme durante un tiempo...
Y desde que las emparejé, fue cuando deje de oírlas a todas horas...ellas habían aprendido a disfrutar de la paz y el silencio tanto como yo. El diccionario sigue creciendo cada día, más palabras, que siempre están ahí...esperando a que les demos su lugar.
Ya sabéis que las palabras, no son solo palabras, son más que eso, son emociones, sentimientos, impulsos, intuiciones...todo son palabras. Y hay que escucharlas todas para saber...como darles su lugar. Y si por casualidad, echas alguna palabra...que sepas que volverá, así que mira a ver si es que está muy aburrida y le da por hacer de las suyas...
¡¿Y mi acompañante? Nunca llego a irse, pero solo viene si le necesito, el sabe cuando. Solo para recordarme que siga creyendo en ese algo más que no puedo ver, pero si sentir, tocar y vivir...que siga buscando mi esencia, y que mi diccionario este siempre abierto a nuevas palabras. Y ahora si que le escucho, siempre...
 

28 de diciembre de 2012

Yo viví el día del fin del mundo y sigo aqui.

Menudo año, hemos tenido de todo.
Cuando pienso en este año me vienen a la cabeza mil cosas, lugares, momentos, bajones, esa montaña rusa que es la vida. Si esto me lo dicen hace un año no me lo creo. Me da hasta miedo felicitar el año nuevo por eso de "FELIZ año nuevo" y quizás prefiero quedarme con el "que nos quedemos como estamos". Pero todo lo que este año me ha sobrevenido y asaltado, la mezcla de emociones de todas las gamas y colores, hacen que me de cuenta de que es sencillamente imposible quedarnos igual.
Si este año se ha caracterizado por algo para muchas personas, ha sido por los cambios que muestra vida ha atravesado.
Este año muchas personas fueron despedidas, muchas personas han llegado al límite, han perdido su casa, y aún tienen que seguir pagando una casa que no tienen. Este año, sin saber de datos exactos, los suicidios han aumentado de manera alarmante.
Para otras personas ha sido un año productivo, quizás han tenido hijos, se han casado, han encontrado el trabajo de sus sueños (en otro país), o se han enamorado...
Y otras tantas personas este año han sufrido acontecimientos convulsos en su vida que le han dejado medio dormido o anestesiado durante temporadas, han tenido que parar, recuperarse, decirse a si mismos que lo primero es la salud.
Y es que la salud es lo más importante, y no lo digo por consolarme porque no me haya tocado la lotería, lo digo de verdad porque estoy convencida. Este año he vivido en segunda persona una depresión, como aquellas que yo tenía antes, y estuve apunto de rendirme por la impotencia ante una enfermedad que este año ha sido el pan de cada día para muchísimas personas.
Porque la depresión es una enfermedad que pone en riesgo la propia vida, tal como un cancer o una enfermedad terminal. Cada minuto que una persona está sumergida en una depresión está más cerca de rendirse y dejarlo todo, hasta la propia vida.
Este año ha sido el año de los cambios, y me parece curioso pensar en hace 10 años. El 2002, que fue nada más y nada menos cuando la vida me cambió para siempre. Y este año, también ha sido así, me ha cambiado para bien, me ha revolucionado, pero me llevo tanto aprendido...No, este año no ha sido como los demás. Este año ha costado más que de costumbre seguir adelante, echar el resto y enfrentarse a la vida, a las caras, a las multitudes, al espejo...
Si quieres saber que he aprendido te diré que he aprendido lo que es VIVIR, con todas las letras y así de grande.
Porque vivir no es lo que nos venden, no. Muchas personas creen que están vivas, pero solo estan dormidas. Es curioso como algunas personas se acostumbran a estar mal porque creen que no tienen otra salida. Cómo simplemente, por llevar las gafas equivocadas, solo se dejan llevar creyendo que las circunstancias son "las que son". Pero no hablo de cambiar las circunstancias, no, hablo de cambiar la forma de verlas.
Eso no es vivir. Nos hemos olvidado, por costumbre, de dar las gracias por lo que tenemos, sin embargo todos los días en la publicidad nos recuerdan lo que nos falta, y hasta nos lo creemos. Y después en el informativo, ese que ponen mientras la familia come (muy oportunos), siembran la discordia, nos recuerdan todo lo que está mal y hacen que la comida sea un guirigai descontrolado y a gritos. ¿Alguien se da cuenta de que nos controlan? Mientras estemos dormidos somos inofensivos.
Eso, no es vivir, es sobrevivir. Podemos cambiar mil cosas, pero no lo hacemos, nos refugiamos en la melancolía mientras la rabia nos ata los pies para que no nos movamos. Nos quedamos ahí,como esperando a que algo cambie cuando nosotros seguimos haciendo lo mismo. A eso Einstein le llamó locura. Mira a ver quien es el loco ahora...
No, vivir es implicarse, meterse de lleno en todas esas emociones y decir, uf...a ver como ordeno yo todo esto...Es hablar con uno mismo todos los días, incluso cuando no queramos, es atreverse a bucear en las emociones que nos provocan negatividad, convivir con ellas, comprenderlas, es no descartar nada, aunque no nos guste.
Vivir es también arriesgarse, es ir un poco más alla, caerse y levantarse de nuevo, es tener esperanza y sentir que la pierdes por momentos, es encontrar la fuerza y sentirse debil, todo eso es vivir. Todo eso forma parte de la vida.
Y vivir también es que te echen del trabajo, que pierdas a alguien, que la vida sea injusta contigo. Si estás sufriendo eso es porque estás vivo, porque sientes, padeces, porque eres humano. El sufrimiento nos recuerda que estamos vivos. Despierta y vive,
Y eso que vivimos el día del fin del mundo. Ya que no se acabó, vamos a aprovecharlo mientras dure y a cuidarlo. Y hagamos lo mismo con nosotros mismos. Despertad, este año solo ha sido el principio, más vale que nos pille vivitos y coleando. Y que el año 2013 nos pille "confesaos".
 
 

19 de abril de 2012

Curiosa palabra la felicidad...

Felicidad, palabra de cuatro sílabas que rima con...tranquilidad. Como diría Alicia en su pais de maravillas...Curioso, curiosísimo.
¿Que nos hace estar felices y tranquilos? ¿Una cuenta corriente? ¿Ahorros? ¿Un coche? Siempre se escucha a gente decir cosas como yo seré feliz cuando tenga un descapotable, o una casa en la otra punta del mundo, o seré feliz cuando tenga trabajo, o cuando me asciendan, o cuando me case, tenga hijos, cuando mi hija se gradue, o cuando tal o cual persona sea feliz, y entonces yo seré feliz...
Uf...Es como para volverse locos. No es malo tener sueños pero diseñar la vida y basar la felicidad en lo que vas a conseguir, sinceramente...es un círculo vicioso. Porque cada vez queremos más, acumular miles de cosas sin sentido que guardamos como tesoros, Vestidos que solo nos ponemos en ocasiones especiales, cosas que solo comemos en ocasiones especiales...y creemos que lo que hace especiales a esas ocasiones es que se mantienen inalterables, son tradiciones, y siempre pensamos que viviremos lo suficiente para llegar a nuestra próxima cena familiar. ¿En serio?
Yo no estoy tan segura. Hace algun tiempo lei un cuento de Jorge Bucay llamado El Buscador, que habla por si mismo. El caso es que nos habla de un cementerio, de alguien que anda buscando algo y llega allí, de unas tumbas de niños, "Vivió 8 años y 3 meses". Eso es lo que ponía...Alguien que pasaba por allí le explica la verdad, no son tumbas de niños...La tradición de ese pueblo, es que a partir de los 15 años se les regalaba una libreta, en la que apuntaban cada momento que vivían intensamente, que eran felices, y así iban sumando hasta que cuando morían, ese tiempo calculado se grababa como su epitafio. 
Y bien...¿Cuanto tiempo llevas "anotado en tu libreta"? ¿Lo habías pensado alguna vez? Muchos dicen que la felicidad es solo una suma de pequeños momentos en los que uno se siente realmente vivo...¿Pequeños momentos? Esto también lo dudo.
O al menos no se lo deseo a nadie...
La felicidad, que rima con tranquilidad, debería ser un estilo de vida, no solo una colección de fotografías en nuestra mente que se hacen difusas con el tiempo. No debería ser algo tan solo poco perdurable, tan poco trascendente...
Una profesora de filosofía que tuve, la monjita más pequeña de todo el colegio, la directora, que fue la que me hizo sentir mi primer interés en la psicología y la filosofía, dijo una frase que se me quedo marcada "Si el hombre cree en la libertad es porque existe" Puede sonar un poco teológico si cambiamos libertad por Dios. Pero si la cambiamos por...¿felicidad? ¿tranquilidad? 
Me he planteado esta frase varias veces durante estos años, me hizo pensar...y tener curiosidad por saber más. Ella decía que la naturaleza humana, lo natural en nosotros, es ser libres, porque es lo que somos en nuestro interior. Y aqui si creo que tenía razón. Podemos elegir. Si, está claro que hay gobernantes que quieren que nos apretemos el cinturón, nos hacen promesas que luego no cumplen, tenemos jefes que nos dan órdenes, parece que nuestras decisiones no son nunca realmente nuestras...¿Pero que decisiones son esas? Decisiones sobre el dinero que ganamos, sobre como hacer nuestro trabajo, sobre como llevar nuestra vida en función de sus parámetros, pero no los nuestros.
Y le estamos poniendo precio y dueño a la felicidad, que rima con tranquilidad. Si, todos queremos vivir tranquilos, tener un trabajo que nos guste, un sueldo digno, un príncipe azul, la princesa prometida, y el caballo blanco de Santiago...Y creemos que así seremos...finalmente...felices.
La crisis económica y financiera que atravesamos debería enseñarnos a aprender, aunque si como dicen esto es cíclico, esta claro que nos encanta tropezar dos y 1000 veces en la misma piedra, pero yo...estoy harta de pedradas. Nos hemos metido en esto por gastar lo que no tenemos, por que siempre queremos más...Todo se puede financiar hoy en día, regalan tarjetas de crédito en los anuncios, en el banco, en un cartel en la parada del autobús...Y hace años, cuando todo nos explotó en la cara, las hipotecas estaban casi regaladas ¿Todo para que?
Todo para que no tomemos nuestras propias decisiones, para que seamos borregos que se encaprichan de todo lo que ven en la tele, para que la ropa no te quepa en el armario,que tengas un par de zapatos para cada día del año, que tengas todo lo que quieras y así, seas feliz... 
Triste...y mucho. Le ponemos precio a la tranquilidad, a la felicidad....¿Porque a fin de cuentas la felicidad es vivir tranquilo no?¿Y si uno no vive tranquilo no es feliz? Pues no me da la gana...
Yo no vivo tranquila, estoy en paro y jodida como todos los españoles y muchos paises del mundo...Cada dos por tres suceden imprevistos, el dinero vuela, el trabajo no viene, muchas cosas parecen cambiar, todo dado la vuelta, o a lo mejor es que yo estoy cabeza abajo...En fin, todo un desastre...¡Pooooobrecita de mi!!
Pero soy feliz. Y eso no es una maniobra de auto-engaño de mi subconsciente o mi ego...No es una vía de escape, ni una manera de demostrar algo. Es...mi estilo de vida.
Si has llegado hasta aquí y no decides dejar de leer, gracias. Creo que he escuchado a alguien por ahí decir...¡¡paparruchas!!
Mi felicidad, mi tranquilidad, amigos, la controlo yo, yo decido, nadie tiene derecho a meterse en eso, ni los poderosos, ni nadie. El otro día pensé...Vaya, la gente piensa que pongo todo lo que pienso en el Facebook y que necesito atraer la atención de los demás...Pero lo que no saben es que esos son un porcentaje nimio de todos mis pensamientos. Que son solo una ventanita a mi alma...Y nada más. 
No quiero que mi felicidad suponga del dinero que gano, de las conductas de otros, de las circunstancias. Quiero que sea algo solo mío, tan mío que me de el valor de compartirlo si así lo deseo, tan mío que incluso las peores circunstancias imaginables hagan que permanezca, tan mío que yo decida como quiero que sea, y no como la sociedad, los gobiernos, monarquias quieran. Me niego en rotundo...
La vida me esta apretando económicamente y es ahora cuando me doy cuenta, si uno basa su felicidad en el dinero, en algo que quiere conseguir, se obsesiona con lo que no tiene y lo feliz que sera cuando pase esto o aquello...no apunta nada en su libreta. Y esa libreta vacía, ese tiempo no vivido, será el epitafio mas ausente y triste de todas las tumbas del cementerio...O quizas el epitafio sería "Su vida vacía para la eternidad"
Porque eso a lo que llevamos dándole vueltas ya no se ni cuanto tiempo, la felicidad, no es otra cosa que, como dice Jorge Bucay, "Tener la certeza de estar en el camino correcto" ¿Alguien dijo paparruchas? Claro, entiendo, que no estas donde quieres estar ni como quieres estar, las cosas no ocurren cuando quieres que ocurran, crees que no estas en el camino correcto. Entonces, estás comprobando la frase de mi profesora de filosofía, como tu crees que no estas en el camino que quieres, no estas en el camino correcto, y lo crees a pies juntillas. Primero, dile a tu ego que se calle, que hace mucho ruido y pocas nueces. Después, dale la vuelta a tu afirmación, si crees que estas en el camino correcto estarás en el camino correcto. Y el camino correcto no es el que tu quieres, es simplemente el que estas siguiendo...Pero no lo ves. Porque tu felicidad depende de tus circunstancias. Porque ya lo dijo John Lennon, la vida es lo que te pasa cuando estás ocupado haciendo otras cosas. Cuando haces planes, cuando dices...sere feliz cuando...y mientras tu libreta vacía...
"Un coche te da independencia", no lo necesito, ya soy independiente...
"El dinero da la felicidad", pero el precio a pagar es demasiado alto...
"Quiero un chalet con piscina" , prefiero un piso con terraza.
"Quiero que las cosas me salgan bien", yo solo quiero poder tener la oportunidad de seguir viviendo.
Una lista interminable de quieros y necesitos...Me he dado cuenta de que si la vida me lo quiere quitar todo, puede hacerlo, pero siempre me tendré a mi misma, y eso, es lo único que yo necesito. Soy feliz por ser quien soy, estar donde estoy, hacer lo que hago...¿podria mejorar la situación? por supuesto que si...pero no quiero que mi felicidad dependa del tiempo futuro ni quiero dejar para mas tarde mi libreta. Ser feliz no es tenerlo todo, es no tener nada y sentirte completo.
Y para los pocos valientes que habeis llegado hasta aqui, este es vuestro premio, un poema de Rudyard Kippling que había olvidado y hace poco alguien me recordó..Se titula.." SI"



21 de marzo de 2012

Las páginas del pasado

Sin querer nos aferramos al pasado. Aunque estemos decididos a dejarlo atrás parece perseguirnos una y otra vez, y parece imposible darle esquinazo. Tampoco es eso lo que yo quiero. Quiero quedarme con todo lo que he sido y he aprendido durante 30 años de vida que he tenido la gran suerte de vivir.
No quiero olvidar como empecé en este mundo, viviendo humildemente, con todo el amor que me era necesario en mi hogar. Pero tampoco quiero ocultar ni de alguna manera olvidar lo que sufrí siendo una niña algo diferente a los demás, y como conseguí evolucionar hasta donde estoy hoy.
Tampoco quiero olvidarme de aquellas personas que ya no están, que nos dejaron inmensos recuerdos llenos de alegría, esos recuerdos pueden marcar la diferencia en un día gris.
Como podría olvidarme de mi primera casa,  y de aquella esperanzadora mudanza que nos hizo a todas un poquito más fácil el seguir adelante, de ese lugar en el que viví hasta que me independicé. No quiero olvidar las broncas insuperables llenas de gritos y descontrol, porque al final aprendí que no era el camino correcto, y supe enmendarme a tiempo, aunque algún día parezca ser difícil.
Ni por supuesto olvidaré las risas entre hermanas, las confidencias, los juegos y peleas en las que empezábamos riéndonos y acabábamos matándonos.
No quiero olvidar los cambios, uno tras otro, no quiero olvidarme, quiero recordarme descompensada, confusa, enfurecida, asustada y triste, porque eso no importa...ahora se que los cambios deben suceder porque son necesarios...porque es lo natural.
No olvidaré jamás ciertas frases de mi padre, sus ratos medio malos y los días en los que parecía costarle sonreír, pero lo hacía, su animo era su vía de escape, su alegría era inspiradora, sus fuerzas...parecían infinitas. No olvidaré quien fue y no me olvidaré a mi, ya que el vive en mí, porque heredé su extraño carácter y su abierta sonrisa, porque si me olvidara de mí, le estaría perdiendo a él.
No puedo ni debo olvidar como mi madre sacó adelante a dos hijas pequeñas, enjugándose las lágrimas después de perder a su marido. Su lucha era diaria, su motivación era fuerte, sus nervios se disparaban por tener que tratar a voces con una hija adolescente bastante problemática...Y aún así nunca se ha rendido, ni tirado la toalla, no puedo olvidar esos momentos con ella en los que los planetas parecían alinearse y algo muy bonito fluía. Porque ella es la mujer más fuerte que conozco, mucho más que muchos hombres, y para mi siempre será esa heroína que iba a rescatarme cuando me caía, y que aún hoy día, lo sigue haciendo.
No debo olvidar a mi padrastro, que aunque entró con mal pie y pésimo recibimiento por mi parte con los años me he dado cuenta de la persona tan grande que es y el corazón tan gigantesco que tiene, aunque a veces se haga el duro. Porque el resucitó el corazón de mi madre, le dio vida de nuevo, y sigue queriéndola como el primer día. Como olvidar esos momentos con Chico, nuestro perro, gracias por ese regalo, sin saberlo me cambiaste la vida y por esas y muchas más cosas no podría olvidarte.
No quiero olvidarme del pasado, quiero coger de él aquello que me haga crecer, tan valiente como mi hermana, tan fuerte como mi madre y tan sensible como mi padre.
Mi pasado no le quita valor a mi presente...Si evolucionar significa quitarse de encima tantos recuerdos, vivencias positivas y negativas, tantas lecciones, aprendidas y a medio aprender, tantos golpes y cicatrices, tantas lágrimas y risas...No, no voy a dejar atrás el pasado, porque creo que aún lo necesito para darme impulso, y dar un paso hacia atrás para dar dos hacia delante, será siempre una forma de avanzar sin prisa, pero sin pausa.
Así que me quedo con mi pasado, con los recuerdos que abrigan por las noches y me hacen sonreír, no para nadie, sino para mí. Me quedo con lo que soy...
Y ahora, de una vez por todas,  ADELANTE.

Eran los años 80 y esta canción sonaba en ese gran armatoste de radiocassete, una canción que mi padre cantaba nos cantaba con frecuencia, sobre todo a mi hermana, la gitanilla de la familia. Supongo que el nombre de Alba se nos quedó marcado a las dos. Y si no una hija, una sobrina mía quizás lleve este nombre. Porque ya que viajamos al pasado para darnos impulso, bueno es mirar al futuro para ver que cosas maravillosas puede depararnos.
Por el pasado, por el presente...y por el futuro!

19 de febrero de 2012

El Homo "Sapiens"

Hoy escribiré de las miserias del ser humano y de sus virtudes, del poder de la naturaleza y su venganza, de todo lo ancestral que aún vive en nosotros...
El ser humano es muy poquita cosa, empezamos siendo simples organismos unicelulares microscópicos, y fuimos animales que vivían en la naturaleza y se nutrían de ella para sobrevivir. Poco a poco, esos primeros especímenes con más de mono que de persona como era el Australophitecus, fueron evolucionando y aprendiendo de su ambiente y se fueron volviendo más sedentarios cuando descubrieron la agricultura, aprendieron sobre las piedras, los metales, el fuego, la artesanía, la elaboración de armas para cazar y defenderse y sobre como tratar las pieles de animales para protegerse del frío. Ese es el que hoy conocemos como Homo Sapiens. 
Homo Sapiens significa "hombre que sabe" o "hombre que piensa", por eso me parece que el ser humano parece estar involucionando y cada vez sabe menos y piensa peor. Ese Homo Sapiens de hace millones de años, esos antiquísimos antepasados nuestros, estaban en contacto con la naturaleza, cuando no existían los televisores, y eso hizo que existiese el lenguaje, que conforme a la evolucion del cerebro y los huesos y músculos maxilo-faciales, también fue haciéndose más y más complejo hasta tener unas características variables dependiendo de tu lugar de nacimiento. ¿Pero que es lo que hacemos ahora con el lenguaje, ese maravilloso don que la naturaleza nos dió? Lo usamos para difamar, para insultar, para juzgar, para criticar...no sabemos lo que tenemos...
La evolución del ser humano no ha ayudado precisamente a nuestro planeta, porque los humanos a través de la historia la han cambiado a su antojo, ha sido victima de guerras e incendios, y el ser humano, en vez de vivir en su estado "natural" cada vez se aleja más de su hogar natal como especie. Si echamos la vista atrás no tenemos ni idea de hasta donde llegará nuestro árbol genealógico, entre nuestros antepasados es posible que podamos encontrar personas de muy diversa parte del mundo que se movieron según sus necesidades, podemos encontrar mestizajes con árabes, judíos y romanos, podemos encontrarnos con personas que quizás fueron influyentes y otras que no lo fueron tanto...
Entonces, ¿a que tanto racismo, tantos prejuicios, tantas injusticias, tantas guerras "santas"? Tenemos grabado en nuestro código genético parte de lo que nuestros antepasados fueron, y si no...quién no ha visto narices tipicamente "judías", ojos almendrados y piel tostada como las de los árabes, piel blanca como la de los noruegos, ojos rasgados como los asiáticos, el pelo rizado de los africanos o las piernas largas de los jamaicanos...somos una mezcla de razas, lugares, acontecimientos, todo lo que vivieron nuestros antepasados está en nosotros. Si nos diésemos cuenta de que todos somos "de muchos colores y formas" no perderíamos el tiempo en despreciarnos los unos a los otros y nos uniríamos para salvar este planeta que sufre, que llora, porque quienes una vez fueron sus aliados, han perdido sus raíces. Y si nos diésemos cuenta de que nuestra esencia se nutre de la naturaleza que siempre fue nuestra aliada dejaríamos de quitarle su hogar a los animales, dejaríamos de maltratarlos, y conviviríamos con ellos como hermanos que somos en este bello planeta.
Pero aún podemos unirnos, podemos luchar por nuestro mundo, aún está e nuestra mano, solo si permanecemos juntos. AÚN NO ES DEMASIADO TARDE.

Os dejo esta canción de Nickelback subtitulada al español que nos habla de estar juntos y no apartar la vista...porque el mal que le hacemos a los demás, que le hacemos a los animales y al planeta Tierra también lo sufrimos nosotros...El vídeo es simplemente genial. Espero que os guste. ;)

19 de diciembre de 2011

La razón de las heridas

Demasiada gente sufre...demasiada para mi gusto. Todos tenemos nuestros problemas y nadie, creo que nadie, tiene una vida completa, porque parece que siempre nos falta algo...A quien no le falta trabajo, le falta un sentido en la vida, y a quien no, le falta alguien a quien amar o en quien confiar. Muchas veces en este blog he dicho que lo importante es valorar lo que tenemos, pero en algunas circunstancias de la vida parece ser una misión imposible.
Pero que nadie se equivoque, aquí nadie se rinde.
Porque todas nuestras heridas tienen una razón, nuestras heridas nos han hecho lo que somos. Algunos con más miedo, otros llenos de dudas o de resentimiento, ´pero tal como somos.
Miles de cosas hay en esta vida que no podemos evitar ni controlar, especialmente cuando somos niños o cuando simplemente no están en nuestra mano. No es nueva esa frase que dice..." no podemos evitar lo que nos pasa, pero podemos elegir que hacer con lo que nos pasa". Y si tan oida tenemos esa frase...¿qué es lo que nos hace "quedarnos atras"? El miedo a volver a ser heridos...Y por ese miedo no damos tanto de nosotros como nos gustaría.
Y eso suele ser porque las heridas aún no se han curado... y cada herida tiene su tiempo de cicatrización. Las hay grandes, pequeñas, más o menos profundas, pero seguimos vivos, ninguna de esas heridas es incurable, porque para algo existe eso llamado tiempo.
Sin embargo... ¿estamos haciendo lo suficiente por nuestras heridas para que se curen sólo dándolas tiempo? Puede que sí, en algunas heridas, pero en otras...el tiempo de curación puede ser eterno y hay heridas que parecen reabrirse con cada nuevo movimiento. Podemos hacer más por ellas, podemos ayudarlas a sanar con múltiples herramientas de las que siempre disponemos pero nunca utilizamos: la convicción, la confianza, el buen humor, los placeres de la vida diaria, una sonrisa en el rostro, una buena conversacion, un baño relajante, una sesión de yoga o de aerobic, las personas que nos quieren y además TÚ.
Si, TU, no me mires así... Lo que quiero decir es que es maravilloso tener personas que te quieren, te apoyan , te ayudan...pero... ¿Y TU?¿ Tu tambien te quieres, te apoyas, te ayudas, te consientes, te mimas, te quieres? Si no lo haces, tus heridas es muy probable que sean crónicas, o que se vayan cronificando y se pasen la vida supurando y doliendo...¿De verdad deseas eso?
Solo parate un momento y echale un vistazo a tus cicatrices, esas heridas que ya curaron, esos golpes que ya pasaron, esos malos ratos que le robaron felicidad a tu vida...ESO ES LO QUE ERES.
Si estamos aqui con nuestras cicatrices es porque nuestras heridas, algún dia, también van a cicatrizar...y si no valoramos nuestras cicatrices, todo el dolor no habrá valido para nada, y no queremos eso...no queremos sufrir para nada...si sufrimos es para aprender de lo sufrido. Las cicatrices están ahí porque nos recuerdan todas aquellas batallas que le hemos ganado a la vida, porque nos recuerdan lo que hemos superado, las montañas que hemos escalado, los sitios a los que hemos llegado. Están ahi para decirnos...que si hemos conseguido sobrevivir, es porque ninguna herida podrá con nosotros.
Solo TU puedes conseguir que se curen tus heridas, que algun día, sean cicatrices. Tus cicatrices son tu coraje, solo cuando entiendas esto...tus heridas...tendrán una razón...y esa razón no es otra, que ser el mejor en tu piel...Porque todas las cicatrices, fueron heridas alguna vez.